A los que tienen la dicha de haber pisado Sinaloa, tal vez hayan visto una placa informativa a la entrada del Hotel Belmar en olas altas donde se lee una anécdota sobre el asesinato del entonces gobernador Rodolfo T. Loaiza el 21 de febrero de 1944 durante un baile de Carnaval en el Patio Andaluz del hotel. El asesinato se le adjudicó a Rodolfo Valdez Valdez alias “El Gitano” miembro de la gavilla de Los Dorados (esa es la versión oficial pero, como en todas las historias que involucran alcohol, hay otras versiones).
Aquel asesinato fue el resultado de la violencia generada por las tensiones entre el gobierno y los productores de tequila de Sinaloa causadas en gran medida por la Reforma Agraria implementada en México a partir de los años 20 que, consistía en declarar comunitaria toda la tierra de cultivo y repartirla en ejidos.
Pero… STOP RIGHT NOW, thank you very much! 🎵 (leer a ritmo de las Spice Girls) ¿Productores de tequila en Sinaloa a principios del siglo XX? Oh sí. Pero el tequila es de Jalisco, ¿no? La respuesta a esta pregunta no es tan sencilla (nada en la vida lo es) y hay diferentes teorías al respecto.
Partamos del hecho de que el tequila es técnicamente un mezcal (🎵 De Tequila mi Mezcal 🎵), y un mezcal es básicamente un destilado de agave. La palabra Tequila tiene una denominación de origen controlado, que solo tienen cinco estados en la República (Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas, Nayarit y Jalisco) pero a principios de la década de 1800 se producía en Sinaloa un destilado de agave de la especie potatorum, especialmente en el área de La Noria, llegando a contar hasta con 25,000 hectáreas dedicadas al cultivo de agave potatorum y, poco a poco, fueron introduciendo el agave azul buscando perfeccionar su calidad. En Sinaloa se producía mezcal y gradualmente, por ahí de los años sesentas, los productores hicieron el cambio a destilado de agave azul también conocido como Tequila (apoyamos cualquier antojo de tequilita o mezcalito para terminar de leer el texto).
La familia Tirado, encabezados por Carlos Tirado y uno de los mayores productores, fundaron, en 1850, la planta de mezcal “Fabrica de Mezcal La Palma”. Poncho Tirado (hijo de Don Carlos) administraba el ingenio azucarero El Guayabo y su hermano, Germán Tirado, as Vinatas La Palma, Colima, La Hormiga, San Carlos y Tecolota. En 1876, Don Liberato Osuna funda la Vinata Santa Clara cerca de la Noria (Vinata Los Osuna).
En el sur de Sinaloa hubo más de 22 fábricas de mezcal. El número total de hectáreas a repartir en el sur de Sinaloa era de 80,000 y se dieron entre los municipios de San Ignacio, Mazatlán, Concordia y Rosario.
Las fabricas continuaron con éxito por poco más de 60 años hasta que, tun tun tun, las tensiones por el conflicto entre agraristas y los productores de mezcal en 1935 y el alza en los impuestos asignados al producto, hicieron que muchos productores optaran por construir y operar destilerías clandestinas (todavía se pueden visitar los vestigios de una de estas destilerías clandestinas, en los terrenos de Vinata Los Osuna, llegar a ellas es bastante fácil si te gusta caminar o hacer senderismo)
donde podían producir botellas de destilado de agave sin etiquetar. Estas botellas eran de cuatro litros y se mandaban a la sierra de Sinaloa y Durango donde la demanda superaba la oferta.
Existía una organización bien definida entre los dos bandos: los Agraristas eran las defensas rurales a quienes nombraba el Gobierno Federal y las armaba en sus respectivos Ejidos o comunidades y los Del Monte, quienes defendían a los pequeños y medianos propietarios, tenían territorios estructurados y resguardados por un responsable, había 13 territorios y por ende 13 responsables. Aquellos responsables o sicarios tenían la responsabilidad de cuidar la vida de los propietarios de la tierra. El jefe de los Del Monte era Manuel “Culichi” Sandoval.
Los años más sangrientos
La guerra del mezcal fue bastante sangrienta pero el pico, fue entre 1938 y 1939; en el sur de Sinaloa sucedieron varias matanzas como la del Quemado, en donde asesinaron a 12 agraristas, todos miembros de la defensa rural del poblado. Como venganza, asesinaron a nueve pequeños propietarios. El asesinato de la madre del Pablo Osuna por parte del Borrego Lizarraga “El Rey del Agrarismo”. La venganza de los Del Monte, fue el asesinato del Borrego en Concordia. Y, por supuesto, el asesinato en Culiacán de Poncho Tirado, quien era identificado como líder de los pequeños y medianos propietarios, además era relacionado con la guerra entre Vinateros y Agraristas. Germán, hermano de Poncho, señala a Rodolfo Tostado Loaiza como el autor intelectual de este asesinato.
A esto le siguieron una innumerable lista de hechos violentos que continuaron a tal grado que el objetivo de la SEDENA a través de sus generales en el cuartel que le correspondía a Mazatlán, era aniquilar a los “Dorados” o Del Monte, aunque al año siguiente en 1939 se les ofrece un indulto a los rebeldes (Del Monte) de recibir un trato de ex delincuentes pero, se niegan porque ellos querían amnistía presidencial y no indulto militar.
En los primeros días del mes de enero de 1944, se reunieron en una cantina de la Palma Sola: Manuel Sandoval El Culichi, José El Guerillo Salcido y Germán Tirado. La plática giraba en torno al destino del gobernador Rodolfo Tostado Loaiza. Sabían que el Carnaval se acercaba y que era un buen momento para vengar el asesinato de Poncho Tirado.
El domingo 21 de febrero en el salón Andaluz del Hotel Belmar, como mencionamos al principio de este artículo, se celebraba el baile principal de la reina del Carnaval. El grupo vengador de Poncho Tirado (entre ellos el Gitano), asesina a la media noche a Rodolfo Tostado Loaiza. Balas perdidas matan a un fotógrafo americano y a un actor de cine famoso. Los integrantes del grupo vengador salen del Hotel Belmar y se dirigen al panteón de la Palma Sola
Los años posteriores al asesinato del gobernador Tostado Loaiza, estuvieron marcados por periodos intermitentes de treguas y tensiones debilitando poco a poco la industria del mezcal en Sinaloa.
Lo cierto es que, por 42 años, de 1938 a 1980, los vinateros del estado lucharon contra los gobernantes estales que quisieron borrar la historia del mezcal en Sinaloa. Físicamente fue erradicada, pero no en las mentes de cientos de descendentes que la mantienen viva hasta el día de hoy. Sufrieron asesinatos, enfrentamientos, altos impuestos y nunca se rindieron. ¡Salud por ellos!
A Alfonso Genaro Calderón Velarde, gobernador de Sinaloa de 1975 a 1980, le tocó dar el golpe final a la industria del mezcal: en 1980 la última fabrica “La Hormiga”, cierra sus puertas.
La industria del mezcal fue una fuente de empleos y riqueza muy importante en Mazatlán de 1930 a 1980, destacamos o las siguientes vinatas:
Familia Tirado: Colima, La Hormiga, La Tecolota, San Carlos y La Palma
Apolonio Sáenz: La Angostura y El Espinal
Familia Páez: Porras y El Espinal Mazatlán
Andrés Osuna: La Noria
Daniel Osuna: La Noria
Jorge Luis Osuna: La Noria
Federico Kelly: La culebrita
Manuel de la Vega: Los Limones
Roberto Henderson: Chele y Rosario
Familia Telleria: El Guajote Concordia
Rosita Tirado: Delicias, Mazatlán
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