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EL MUNDO I Estoy Enamorada de 11

Me niego a creer en una sola alma gemela. Mi corazón y alma, viven buscando diferentes emociones y he tenido la suerte de encontrarlas.

Dirán que estoy loca y tienen razón, pero ¿no el amor siempre conlleva una dosis de locura? Y aquí estoy, escribiéndoles a su recuerdo. Estoy enamorada de 11: tres latinos y ocho europeos (y los que faltan). Mi vida se mide en amores y los amores en países. MÉXICO Mi primer amor, mi casa, mi refugio y el abrazo que te reinicia. La antesala de una nueva forma de mirar, una bocanada de aire fresco, con mis futuros entre tus templos. En tus carreteras aprendí que el trayecto también es destino, pero un día, ese amor que te tengo me llevó a querer más.

México, mi amor.

ESPAÑA España me recordó que el verano es mi color favorito. Te amé desde el 2015 aunque apenas llevaba unas horas de conocerte y a sabiendas que ese verano amaría a otros más, tienes un lugar muy especial en mi corazón. ¿Qué tienes Madrid que siempre me haces volver a ti?

España, mi amor.

ALEMANIA Tan frío, tan difícil y siempre tan puntual. Pronuncié tantas veces tu nombre hasta que perdí el miedo. Sentí tu fuerza en mis tobillos mientras te conocía, tal vez en un intento desesperado de decirme que me quedara, pero alguien más me esperaba.

Así como escribió Saramago, "siempre acabamos llegando a donde nos esperan".

Alemania, mi amor.

AUSTRIA Con tu dulce melancolía y tus historias de amor, fuimos el templo y el Dios al mismo tiempo. Nos tomamos de la mano y contemplamos el atardecer más hermoso que he visto, entonces supe, sólo así, que a todo ciclo le llega su fin, pero no por ello resulta menos doloroso haberte dejado ir.

Austria, mi amor.

HUNGRÍA Impresionante de forma tan magistral, tan extraño y al mismo tiempo tan natural. El romanticismo bañado por el Danubio. atravesado por el puente que une a Buda y Pest, así me uní a ti.

Hungría, mi amor.

PERÚ

Perdida entre tus calles, no sabía si me llevaban o traían, pero siempre me hicieron morir y revivir al mismo tiempo. Machu Picchu me erizó la piel, tan majestuoso e imponente con el trazo perfecto que se reconstruye ante tus ojos. Soñé contigo desde que te vi en mi libro de historia. Fuiste hilo y aguja para esta mujer que estaba herida. Fui amada y te amé profundamente.

Perú, mi amor.

CUBA Por cada corazón cubano, hay una canción; Cuba es así, un inmortalizador de sonrisas que construyen los más bonitos recuerdos. Un país lleno de sabor, ¡suficiente motivo para sonreír! Fuimos sincronía.

Cuba, mi amor.

ITALIA Un país con mil caras de norte a sur. Italia es historia, es cultura, es ruina, es museo al aire libre. Tan enamorada del lenguaje, la comida y la cultura, de la arquitectura de Roma, del arte de Florencia hasta el romanticismo de Venecia. Estoy ansiosa de regresar a ti para respirar historia, pero tengo que aprender a cultivar paciencia, tengo que esperar y acostumbrarme a ser menos nómada, a ser más normal.

Italia, mi amor.

VATICANO Tan pequeño como significativo. Un remolino de emociones, lleno de esperanza y de fe. Cegada por la belleza de tu capilla Sixtina, como la intensidad de una ola que rompe toda la calma. Enmudecí al conocerte, aprendiendo del silencio otra forma de hablar.

Vaticano, mi amor.

MÓNACO Mi paso fue efímero como estrella fugaz, breve y perdurable, pero suficiente para transformar tus rincones en mis letras. Fuimos compañía y refugio, un silencio lleno de eco con riesgo asumido.

Mónaco, mi amor.

FRANCIA Francia huele a lavanda, a perfume, a un amor que entra por el olfato y termina en tu lado izquierdo del pecho. Te viví con la intención de quedarme un poco más, con la voluntad para gritar, siempre con ganas de más.

Francia, mi amor.

 

No soy de ninguno, pero al final soy de todos porque si uno es de donde ama, en definitiva yo soy de muchos lugares. Tan llena de ellos y cada uno me prepara para conocer al otro.

Así que díganme, ¿es peor gritar mi amor a los cuatro vientos o morir sin dejar huella de él? Escribo de todos porque la poesía nunca menciona su nombre. Seguiré conociendo y enamorándome de muchos más, posiblemente el siguiente sea un asiático.

Tal vez algún día me enamoro totalmente y no regreso a casa y no porque no pueda, sino porque no quiera; que me lo impidan las ganas de quedarme con uno de ellos y por arte de magia perder el ticket de regreso porque aún no encuentro algo que me ate aquí, allá o en algún otro lado.

Así soy cuando me entrego. Así es una mujer cuando sabe su camino.

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